QUINTA JORNADA

RAKISS 3 (Alvaro 2, Lobo o Rudy) - Comilones 2
CRONICA

Un Rakiss desafinado gana, pero sigue sin encontrar su ritmo

Anda el Rakiss como encasquillado, sin brillo, buscando su fútbol partido tras partido, aunque, mientras, no se olvida de lo que hay que hacer para ganar. Juega ordenado y serio atrás y no escatima en el esfuerzo. Pero entra en el cuerpo a cuerpo y se olvida de bailar en el ring, limitándose al intercambio de golpes con el adversario. Por ahora, con eso le llega, porque su pegada es mayor y sigue teniendo un magnífico arreón final, que utiliza cuando el partido está más trabado. Pero los riesgos de jugar así son evidentes. Los últimos dos partidos son prueba de ello: dos victorias por la mínima y con el fútbol justo y necesario para ganar, pero ni una gota más. Tanto es así que en este último encuentro acabamos venciendo, en gran parte, por una terrible cantada del portero rival.

Está claro que el Rakiss es superior a Los Comilones a día de hoy, y que de no haber ganado, el pinchazo hubiera sido más por deméritos nuestros que por méritos del contrario. La primera parte del partido fue prueba de ello. El ritmo era lento pero las llegadas se sucedían poco a poco y era cuestión de minutos que llegara el primer tanto. La forma no pudo ser mejor, en una jugada por banda derecha, Álvaro recogió el balón en el lateral del área grande, desde allí levantó la cabeza y con un toque elegante superó al portero por alto, sin que este pudiera hacer nada que no fuera mirar como se dibujaba una parábola perfecta por encima de su cabeza. Un auténtico golazo al alcance de muy pocos.

Fueron los mejores minutos del Rakiss, que, a pesar del viento en contra, llegaba bien por banda izquierda. En una de sus internadas, Mike envió un zapatazo al poste con la zurda. Minutos después, otro remate suyo, esta vez en un corner besaba el otro palo de la meta rival. Y por si fuera poco Rudy se encontraba con el larguero en un lanzamiento de falta botado a unos 20 metros de la portería. El gol de la calma no llegaba y eso lo aprovechó el adversario para empatar el partido en un clarísimo fuera de juego. Llegábamos al descanso sin aprovechar la superioridad y el partido iba embarullándose por momentos, con juego trabado y muchas faltas. Un equilibrio que iba a ser más acentuado en el segundo tramo del encuentro.

La segunda parte comenzó bien. Tras una pared con el Litri, Álvaro driblaba al portero y le batía nuevamente, esta vez con la zurda. Una jugada que parecía reivindicar algo más de elaboración en el fútbol del Rakiss. Pero no era fácil asociarse. Nos hemos acostumbrado al juego directo y eso nos hace previsibles. Los balones largos son menos decisivos en un campo mucho más reducido y las defensas, siempre colocadas, no dejan espacios si no se las baila con el balón de un lado a otro desde la medular. Las líneas del equipo parecían alejarse cada vez más, condenando al centro del campo a navegar a la deriva por el terreno de juego. Demasiado lejos de la defensa como para sacar el balón jugado, y demasiado lejos de la delantera como para poder acompañar el ataque. El balón circulaba sin paradas intermedias de portería a portería sin pasar por la parcela más importante y sin que los delanteros tuvieran demasiadas opciones. El desgaste era lógico en los centrocampistas, de tanto correr arriba y abajo. Para más INRI, de nuevo el rival se encontraba un gol inmerecido tras un despiste defensivo.

El partido amenazaba con atragantarse, pero un golpe de suerte en un despeje del Lobo hacia el área rival acabó con el balón en las redes. El portero saltó en el área grande contra Rudy, más pendiente del siete que del balón, y vio como la pelota le doblaba los dedos y se colaba entre sus manos de mantequilla. Era el golpe definitivo. El Rakiss cerró filas ante su portería y controló el partido hasta el minuto noventa. Sin que el rival encontrara la forma de inquietar la portería de Jota excepto en una jugada rocambolesca que salvó el larguero tras una salida en falso del menor de los Jotini.

Al final la sensación era rara, el equipo ganaba con su oficio intacto pero con más complicaciones de las debidas. Este Rakiss tiene más fútbol en sus botas de lo que ha demostrado en los últimas dos jornadas. Pero para eso debe cuidar el balón y no lanzarlo una y otra vez contra el muro de la defensa rival. Debe confiar en su centro del campo, porque lo tiene y muy bueno. Ha de juntar las líneas para apoyarse y sacar el balón insistiendo una y otra vez, en las bandas antes que en los delanteros, para dar tiempo a que los medios se sumen al ataque en campo rival, y para que el contrario se descoloque.

Es fácil decirlo y difícil hacerlo, de acuerdo. Pero el Rakiss ya ha jugado a gran nivel este año y volverá a hacerlo. No hay que olvidar que la parte más trabajosa ya está conseguida: la defensa. El tetracampeón mantiene una línea defensiva que funciona a la perfección. Con experiencia, sacrificio y colocación. Y su mordisco sigue siendo mortal… pero mucho mejor cuando muerde con todos los dientes. ¿Y qué mejor bocado que el Navamorcuende?

LOS DETALLES

- Doblete de Álvaro. El primero de espectacular vaselina desde fuera del área. Un auténtico toque de clase para abrir la lata magistralmente. El segundo gol tras una gran pared iniciada por él mismo y culminada con la zurda tras driblar al portero.

- Mala suerte con los palos. No quedó madera de la portería durante el primer tiempo que no fuera bendecida con un remate del Rakiss.

- Susto de Jota en una salida con el pie por alto, tragándose un balón que acabó rematado por un delantero rival contra el larguero, cuando la portería estaba vacía.