RAKISS 3 (Lozano, Jose, 1PP) - At. Moncloa 8
Demasiado pronto le llegó al nuevo
Rakiss un partido tan exigente como el que le enfrentaba al At. Moncloa. En
primer lugar, por las bajas en la portería, que siempre son un hándicap difícil
de solucionar. En segundo lugar, por el poco tiempo que ha tenido el equipo
para conocer a sus nuevos miembros y conjuntarlos al máximo en una plantilla
tan remozada. Y sin duda alguna, en tercer lugar, por la ingenuidad con la que
pecaba el equipo que no esperaba encontrarse un partido tan polémico.
LA RESEÑA
Sin embargo, el resultado engaña. No
debió ser un resultado tan abultado ni mucho menos. Es cierto que el comienzo
del encuentro fue muy frío, y que cuando el equipo quiso entrar en el partido
ya llevaba dos goles de desventaja, pero la diferencia al descanso de 4-0 era
producto de otros factores que no se pueden controlar.
Y todo a pesar de la
gran labor de un Jorge que otra vez hizo milagros bajo palos. Sobre todo una
parada de las de antología en un remate a puerta vacía del delantero rival, al
que se interpuso como un felino estirándose en su máxima expresión. Una parada
de reflejos infinitos, casi increíble.
Pero al Rakiss le dolió el orgullo en
el descanso y cuando la sangre del equipo hirvió salió dispuesto a vender cara
la piel. Salieron Litri por Javi y Álex, que hacía su debut, por Abraham. Además Jorge dejó en la portería a Canche para situarse en el lateral izquierdo.
La remontada era complicada y comenzó con una buena jugada de Alberto
Lozano que materializaba el primero en una gran jugada del ataque del Rakiss.
Los rakinianos apretaron los dientes
y siguieron empujando, sabiendo lo difícil que estaba el partido y marcaron en
otra buena jugada trenzada por Pacheco y Alberto Lozano, que un defensa
contrario no supo despejar sino al fondo de su propia portería.
Silbaban las balas como en una de esas
películas del Oeste en las que todo parece perdido, en las que un único
pistolero a la desesperada se adentra en un pueblo abandonado en el que sin
duda sabe que la emboscada está lista para caerle encima. El Rakiss siguió a la
desesperada y consiguió el tercero en un obús lanzado por Jose desde la frontal
del área que reventó la portería contraria, haciendo inútil la estirada del
portero contrario. Un golazo para enmarcar, digno de un auténtico crack, sin
duda alguna lo mejor del partido.
Era el 5-3 y el Rakiss soñaba con salir
vivo de aquella encerrona salvaje, en mitad de un duelo al sol sin munición.
Era una ilusión, el guión de la película estaba ya escrito, no había salvación
para el héroe de la película. La emboscada era de las de apocalipsis. De ahí al
final, en tan solo unos minutos: dos penaltis (si dos), una expulsión, un gol
más en fuera de juego, y unas cuantas cosas más con las que no vamos a perder
el tiempo…
EL SELLO
Y es que no hay por qué lamentarse cuando uno muere con las botas puestas.
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