lunes, 21 de octubre de 2013

JORNADA 1

RAKISS 2 (Pacheco, Pitu) - RAPIDO 2

¿HAY EQUIPO? NO... ¡¡¡HAY RAKISS!!!


Es cierto. El chat de wasap del Rakiss es una jaula de grillos, un auténtico caos en el que confluyen muchos de los míticos jugadores que han vestido los colores del equipo -algunos en activo, otros retirados ya- y los nuevos jugadores que aún no saben ni ponerle cara a la mayoría de los mensajes que tienen que aguantar. Pero si algo define el ambiente que reina en ese cruce de mensajes, aparte del caos, es la alegría. Todo tipo de chanzas, bromas, chistes y conversaciones festivas aparecen a cada poco entre sus líneas, tanto que si te despistas un rato tienes cientos de mensajes sin leer.

Sin embargo, hubo un momento en mitad del verano pasado en el que ese ambiente se tornó nefasto y depresivo. El Rakiss estaba enfermo, enfermo de viejo, enfermo de cansancio, al menos esa era la impresión que daba. Las conversaciones giraban más sobre lo difícil que iba a ser seguir un año más ante todas las adversidades que se nos presentaban y el futuro del equipo era muy negro. Tanto que hasta los más optimistas llegamos a temer (sólo por algunos minutos, eso sí) por su continuidad.

Por suerte, después de un verano y algo más de búsqueda incansable hoy podemos estar orgullosos, una vez más, del amor propio que tiene este equipo. Sí señores, no sólo hay equipo, no sólo hay once jugadores en el campo, sino que hay Rakiss. Porque los fichajes que hemos hecho, tienen el gen de jugador del Rakiss de toda la vida, es decir, gente a la altura de la camiseta, que sabe que en un campo de fútbol cada uno se define a sí mismo, y cada cuál demuestra lo que quiere ser. Gente con fiereza, con amor propio, con orgullo y con la garra que siempre ha caracterizado a un equipo que pase lo que pase siempre recuerda su nombre. Y siempre hace gala de quién es. Su propia dignidad se la ha dotado él solo con el paso de los años.

LA RESEÑA

Ni los más osados hubieran predicho que un equipo con ocho jugadores nuevos, la mayoría que ni se habían visto en su vida, y un portero de emergencias iban a hacer el partidazo que hicieron para la primera jornada, contra uno de los equipos que mejor juegan en La Elipa.

La alineación fue la primera prueba de fuego. Yoki poco a poco fue poniendo cara a los nuevos fichajes y a sus posiciones preferidas y como un pequeño rompecabezas, el once fue tomando forma. Jorge, el primer héroe de la temporada, dio un paso al frente para comerse el marrón de ocupar la portería. En el centro de la defensa, Lobo y Miguel Ángel ocuparon las plazas de centrales. Javi Pacheco y Chanche los laterales.

En el centro del campo, por aquello de jugar con más gente en la media salimos con tres centrocampistas: Pitu, Jose y Litri; con César en banda derecha y Alberto Lozano en la izquierda. Arriba como siempre el “toro” Pacheco.

La charla de Yoki fue de las que se quedan grabadas en la memoria no por lo épico, que seguro que habrá ocasión, sino por lo extraña y surrealista. Cómo le explicas a ocho jugadores que ni siquiera conoces qué es el Rakiss, cómo queremos jugar y todo lo demás que te circula por la mente. Pues como buenamente puedes, insuflando ganas y arropando a la gente para que rápido confíe en el que tiene al lado.

Y por extraño que parezca, salió el Rakiss al campo y salió a por todas, como si nunca hubiera estado al borde del ocaso. Pasados cinco minutos, los más viejos del lugar, ya sabíamos de qué pasta estaban hechos aquellos nuevos gladiadores que lucían el escudo del equipo en el pecho. 

Aquello no eran parches, aquello era la nueva legión del Rakiss. Miguel Ángel, es uno de esos centrales a los que puedes enviar a la guerra a pecho descubierto y para parapetarte detrás confiando en que no te van a alcanzar las bombas. Su partido fue un compendio de colocación, corte, experiencia y liderazgo, tanto que Lobo parecía entenderse con él como si llevaran más de cien partidos juntos.

En los laterales Canche y Javi fueron dos caníbales que amedrentaron a sus rivales desde el primer al último minuto, ni un balón por perdido, ni una pelota suelta que no fueran a buscar con el cuchillo entre los dientes. Tanto que ambos acabaron extenuados.

En el centro del campo, Litri y Pitu encontraron al aliado perfecto en Jose, una máquina de correr, un robot pilotado por Makelele, al que por momentos el campo se le quedaba pequeño. Su despliegue físico fue extraordinario cubriendo absolutamente toda la franja central del medio campo. Con vista para la colocación y con una velocidad extraordinaria.

El Rakiss aceleró en los primeros minutos y más aún cuando al poco de empezar, un córner botado por Alberto Lozano, rebotaba en el área grande peleado por Lobo. El balón parecía sin dueño hasta que le cayó cerca a Pacheco. En un escorzo forzado por el bote del balón, pero con un olfato intacto, el pichichi del Rakiss envió el balón en una parábola perfecta al segundo palo, que sorteó al defensor que cubría el poste y acabó en la portería haciendo el primer gol de la temporada.

Era un comienzo inmejorable, pero aún había más que dar. En las bandas Alberto Lozano y César, se convirtieron en los mayores aliados de Pacheco y las contras del Rakiss que robaba e intentaba salir con velocidad se sucedían. César, a pesar de no ser jugador de banda, dejó claro que va a ser uno de los baluartes ofensivos más decisivos del equipo, su calidad en el regate y en el pase quedaron patentes cada vez que tocó el balón. Un fino estilista con músculos de bronce.

En una de las jugadas más bonitas del encuentro, César condujo el balón con velocidad por banda derecha, perforando la defensa como un cuchillo entrando en la mantequilla, levantó la cabeza y cruzó un balón perfecto entre Pacheco y la defensa rival hasta el segundo palo, donde un Pitu, siempre listo donde los haya, esperaba con la caña preparada para hacer el segundo.

La cosa marchaba pero el rival se despertó a mitad de la primera parte y fue cuando tocó sufrir. Las llegadas del Rápido se sucedieron y apareció la magistral figura de Jorge que apuntaló con varias intervenciones la extraordinaria labor de la defensa. Dos disparos que llegaban rozando el larguero y que sacó con la punta de los dedos estuvieron a punto de ser el primer gol del rival.

Después en una internada del delantero centro del Rápido sacó un balón abajo que parecía inapelable. Los pulmones del equipo parecían tocados y el Rakiss pagaba el esfuerzo. Tan sólo algún acercamiento como un remate de Litri, mitad cabeza, mitad hombro y los córners sacados magistralmente por Lozano parecían alejar el peligro de nuestra portería hasta que llegó el descanso.

Jorge, que se había convertido en el portero que anhelaba el Rakiss, decidió sacrificarse por el equipo y seguir bajo palos en la segunda parte. Y llegaron los cambios. JJ entró por Litri y David sustituyó a Javi con la mala suerte de, a las primeras de cambio, lesionarse la muñeca en una caída. Tanto que estuvo unos minutos desorientado por el dolor que le provocó la lesión, e incluso llegó a marearse. Aún así apretó los dientes y siguió hasta el final jugándose el tipo ya en el primer encuentro. 

Parecía que la sombra alargada de las lesiones nos perseguía implacable, cuando en otra jugada, en un barullo en el área César se llevaba un cabezazo en la cara que le provocó un moratón en el ojo derecho por el que tuvo que ser sustituido por Rober. Además, Lobo, que había sufrido un pisotón dejó paso a Charly, con lo que Jose tuvo que caer al centro de la defensa y Charly acompañar a JJ y Pitu en la medular del campo.

El Rápido aprovechó el desorden y el inicio titubeante del Rakiss para crear más ocasiones de peligro y en una jugada de su delantero ante el que nada pudo hacer Jorge, marcó el 2-1. El Rakiss se defendía, parecía acusar el golpe y pasaba unos minutos de desconcierto, tanto, que en una jugada desgraciada Charly cometía penalti ante un rival, con el que llegó el 2-2.

La casa se venía a abajo de repente y las ocasiones se sucedían hasta que apareció la figura salvadora de Jorge que ante un remate de cabeza a bocajarro,  sacó una mano para el recuerdo en una parada de antología. Era el héroe que necesitaba el equipo, la inspiración que necesitaba el Rakiss.

Sin embargo, aún iba a llevarse un susto más, cuando en un barullo en el área el balón salió rebotado hasta el punto de penalti, abocado a ser pasto de las mallas ante la llegada de varios rivales. La sentencia parecía dispuesta, pero antes que los delanteros del Rápido apareció Charly, enfilado hacia nuestra propia portería, como un adversario más, y soltó un zapatazo a la desesperada arrebatando el balón a los hambrientos rivales, hacia el único lugar que era posible, el larguero de nuestra meta. La madera escupió el balón hacia la estratosfera y con aquel despegue despertó el Rakiss.

Alberto Lozano se erigió en líder del equipo, un puesto para el que le sobran galones y que debe compartir con Pacheco, los dos tienen la personalidad y el talento necesario y los dos tiraron del carro como posesos en un final de infarto que supuso el resurgimiento del equipo. La pájara había pasado. Allí surgió el último Lozano sobre la faz de La Elipa en una galopada desde campo propio en la que dejó uno tras otro a todos los rivales que le fueron saliendo al paso, hasta que el último defensa con un toque milagroso fue capaz de quitarle un balón que todos empujábamos desde el banquillo.

El Rakiss cobraba fuerzas renovadas. Con Rober como lateral sacrificado en derecha y Jorge en la izquierda. Canche, extenuado por el esfuerzo se puso los guantes para que Jorge nos diera alas en la banda izquierda y nuevos bríos. Y JJ, apretó los dientes en cada balón sacando la garra que lleva dentro. Su cara lo decía todo, no iba a dar un balón por perdido, y así el centro del campo volvió a decantarse del lado del Rakiss. De hecho, gracias a su esfuerzo, Pitu gozó de unos minutos de libertad total y sacó su guante.

Tanto que puso dos balones de gol para Pacheco que el árbitro desbarató señalando fuera de juego, más que dudoso. Tampoco había habido suerte en un penalti que no nos señalaron, cometido sobre el propio Pitu, minutos antes, pero para qué hablar de árbitros cuando uno puede hablar de fútbol.

EL SELLO



No sé donde llegará este equipo, ni hasta donde nos llegarán las fuerzas pero lo único que puedo decir es que ayer la legión del Rakiss desempolvó, una vez más, sus armaduras abolladas, sacó lustre a sus escudos, se caló los cascos de sus antiguos héroes, empuñó sus lanzas y afiló las espadas. Tocó corneta y apretó filas en formación cerrada. Y una vez más el uniforme y seco sonido de los pasos de marcha del Rakiss retumbó sobre las colinas de La Elipa anunciando que se acerca la guerra…Y qué si se acerca, somos un ejército y estamos preparados.

2 comentarios:

Rudy dijo...

Después de leer esta crónica, me maravilla ver cómo el espíritu y el pundonor del Rakiss sigue vivo y la pluma de Litri tan genial como siempre.
Vamos c'rakks!!!!!

Litri dijo...

Quizá muy épico para empezar, pero qué demonios, es la primera jornada, no???!!!!