lunes, 12 de marzo de 2012

EL VERDADERO TRIUNFO DEL RAKISS

Cuando en 2006 el Rakiss celebró su cuarta Liga, la tercera consecutiva, nadie imaginaba que los tiempos de gloria estaban a punto de quedar para las batallitas y que una larga travesía por el desierto comenzaba para un equipo que parecía indestructible.  Sólo el 2007 se salvó, aquel año fuimos subcampeones y nuestro archienemigo, el Navamorcuende, nos arrebató la Liga en el último partido.


Hace tanto tiempo que sólo quedan once jugadores de aquella temporada que hayan participado en esta, tanto que La Elipa ahora luce un fantástico tapete de césped artificial que ha dado el relevo a la dura tierra en la que tantas veces sufrimos como perros.

Los años más difíciles

Aquella tierra se convirtió en una fina arena surcada por dunas infinitas que asemejaban un desierto interminable por el que el Rakiss poco a poco se fue perdiendo. Muchos quedaron en el camino. Algunos retirados por causa de lesiones, otros porque la edad no perdona y algunos más porque el trabajo se los llevó muy lejos.

Fue entonces cuando hubo que tirar de imaginación y reconstruir un equipo que parecía vivir un declive que solo duraría hasta que el último atisbo de ilusión terminara por extinguirse. Pero he aquí la magia de un equipo que es más que un simple pasatiempo.

El Rakiss une, y lo que logra lo hace porque su ilusión le lleva a no darse jamás por vencido, su dignitas, su idea de sí mismo, le hacen más fuerte que cualquier otro equipo. Es un equipo con alma propia, y con jugadores que ponen el corazón en la filosofía de que el Rakiss nunca pierde, porque sólo el vernos las caras y sufrir juntos o disfrutar unidos nos hace ganar siempre, sea cuál sea el resultado.

Por ello tiene más de 17 años de historia porque sus veteranos son como el cemento que une las piezas de una idea que perdura infatigable a la derrota.

Pero en esta ocasión no sólo ellos deben llevarse el mérito... 

La generación del desierto

La principal causa de la victoria del Rakiss, de su pervivencia es la generación que llegó en el desierto. No es necesario nombrarlos, ellos ya saben quiénes son. Incluso algunos ahora no están pero volverán. Esos que no conocieron aquellas ligas de oro que el Rakiss encadenó ganando una tras otra, sino los que sufrieron a cada partido y que sin embargo, llevaron el sentimiento de un equipo igual que lo hubieran llevado los más insignes fundadores de este club.

Porque ellos no fallaron ni siquiera cuando faltaban jugadores para ser once en el campo, un día sí y otro también. Ni siquiera cuando los árbitros parecían ensañarse expulsando a los nuestros implacablemente, a pesar de que solo nos quedaran un puñado de valientes. Ni siquiera nos fallaron cuando los rivales más duros aprovechaban nuestra situación de debilidad para aplastarnos como los últimos Tercios de la Corona.

Ellos se levantaron una y otra vez para llevar al Rakiss entre las dunas en un zigzagueo  a la deriva en busca de cualquier signo de espejismo en el horizonte.

El guía en la deriva

Y por fin el oasis apareció en mitad del erial. De la mano del que en estos momentos se ha convertido en nuestro Moisés particular, el gran Maurinho, un patriarca que se ha forjado en mil y una batallas con nuestros colores, que vive y respira la filosofía de este equipo, al que no podemos más que darle las gracias por el impecable esfuerzo que lleva a cabo, porque fue el más valiente en el momento de mayor dificultad, un míster que nos une a todos, un general que lleva el estandarte más fieramente de lo que habríamos podido soñar.  Y que tiene en Pitu un subalterno que es pegamento para este equipo, pegamento del que aglutina cariño en torno a sí.

La nueva era

Gracias a ellos y gracias a la sangre nueva que ha llegado en esta última temporada se ha producido el milagro. Fichajes de calidad, en el campo y en fuera de él. Una gente que parece haber nacido para ponerse nuestra camiseta, porque la reconocimos como su segunda piel en cuanto les vimos con ella. Gente que se ha dejado hasta la última gota de sangre, sudor y lágrimas y que nos ha insuflado un huracán de ilusión. Los llamados a hacernos más grandes aún porque algunos de ellos son  los líderes que necesita este equipo.

Gracias a todos vosotros hemos logrado la verdadera victoria de un equipo que vive su segunda era de Oro, la victoria que supone seguir siendo lo que nunca dejamos de ser, un equipo inmortal, un equipo con sangre y con corazón, un equipo con alma… Alma de Rakiss



Es un privilegio haber vivido esto con gente como vosotros.

Litri

5 comentarios:

Rudy dijo...

El privilegio es mio tio. La mitad de nuestra vida unidos por este sueño. Enorme c´rakk

Anónimo dijo...

DANY:

y eso q a mi no m molan estas mierdas... pero ha sido la mierda mas emocionante y lacrimogena que he leido en mucho tiempo!!!!

SNIF!!!!

Guapooo!

Litri dijo...

Es un placer!!!

Pitu dijo...

Desde luego este cabrón no meterá goles este año, pero sabe cómo tocarnos la fibra sensible...

GRANDE LITRI! En estos años me has enseñado lo que significa el Rakiss, y éste ha sido el mayor exponente de ello.

El jodido cónsul dijo...

Cómo 'te aburres', Litri!! xDDDDDDDDDDDDDDDDDD Es broma... ;) Un placer leerte y haber vuelto a poner mi granito de arena en la consecución de este título :)